Conoce los diversos tipos de tequila que existen y redescubre este elixir a través de su variedades de sabores, aromas y esencias.
Para entender y asimilar la complejidad del tequila, es necesario diseccionar y analizar uno de los elementos más importantes de este legendario elixir: sus diversas variaciones o categorías. Y es que aunque pensemos que estamos degustando el mejor tequila a partir del precio o presentación del mismo, lo cierto es que existe una enormidad de factores y procesos que pueden determinar los gustos y preferencias de cada consumidor. Descubre los tipos de tequila que existen y conviértete en un verdadero experto de este elixir.
El tequila, como la mayoría de destilados mexicanos, cuenta con una diversificación de tipos o categorías que brinda a los consumidores una amplia variedad de sabores, esencias y aromas que se pueden adecuar al estilo de vida de cada persona. La primera categorización del tequila se origina en su mismo origen: la cantidad de azúcares provenientes del tequila.
A pesar de no ser considerada como una categoría oficial al momento de hablar de tequila, lo cierto es que esta primera clasificación es sumamente importante para empezar a conocer este destilado de manera real. El tequila nace a partir del procesamiento del agave Tequilana Weber azul, una especie endémica de diversas regiones del país. Gracias a esta planta, todo destilado resultante de ella es llamado “Tequila 100% de agave”.
Sin embargo, y debido a la producción masiva del tequila, también existe la categoría de “Tequila”, un término que hace referencia a que el producto que estás a punto de consumir se compone de 51% de agave azul y el 49% de otros azúcares provenientes de diversos cultivos. Por lo anterior, y de acuerdo a tus preferencias, cada vez que compres una botella de tequila certifica y lee el porcentaje de agave azul del producto que vas a consumir.
Conociendo lo anterior, es momento de conocer la clasificación oficial de esta legendaria bebida a través de un factor de suma trascendencia en el resultado de cada destilado: el añejamiento.
Dicho de manera simple, el añejamiento es el proceso por el cual el tequila, luego de ser destilado, se almacena en barricas, hechas de diversos materiales como roble, con el objetivo de que el licor adquiera características y sabores adicionales a través de los procesos físicos y químicos naturales con el tiempo.
Es el tipo de tequila que no pasa por el proceso de añejamiento por lo que se envasa directamente después de la destilación. Esta “omisión” le brinda al tequila blanco una serie de características únicas como notas aromáticas a agave cocido y cítricos así como una serie de sabores herbales y florales.
De igual manera, se caracteriza por poseer una tonalidad cristalina y transparente con matices color planta y un gris brillante que otorga un retrogusto persistente y agradable. Se recomienda disfrutarlos de manera sola y mediante cócteles que reafirman su sabor como las famosas margaritas.
Considerado como el tipo de tequila más escaso o menos producido, el tequila joven u oro es una variación que se distingue, principalmente, por contener una delicada mezcla de tequila blanco, el que no pasa por barrica, con tequilas reposados, añejos y extra añejos. Además de lo anterior, esta categoría de tequila también alberga una particularidad única: el famoso abocado.
Este término hace referencia al procedimiento por el que se suaviza el tequila al matizarlo o “colorearlo” con diversas tonalidades de tipo caramelo, extracto de roble, glicerina o jarabe a base de azúcar. Por todo lo anterior, el tequila joven u oro suelen ser destilados suaves y sedosos que mantienen cierta frescura así como un aroma herbal. Es ideal para degustarse en cócteles.
El tequila reposado es el tipo de destilado que da inicio a un proceso de añejamiento más complejo. De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana (NOM), todo tequila reposado deberá permanecer en barrica por un tiempo aproximado de 2 a 9 meses. El material de estos “recipientes” suele ser de roble blanco y francés.
Gracias a este proceso, este tipo de tequila adquiere tonalidad cálida y brillante de vista pajiza. De igual manera, se caracteriza por poseer notas amaderadas y cítricas además de detalles florales, herbales y dulces. Es un tipo de tequila con un carácter profundo y complejo de inicio a fin. Se recomienda degustarlo en un primer tiempo o para después de una comida como bajativo.
Tal como lo dice su nombre, el tequila añejo es un tequila que, según lo establecido por la NOM, permanece en barricas de roble americano, roble francés y aquellos que albergaron whisky, durante un periodo de entre 1 a 3 años. Debido a este tiempo de añejamiento, el tequila añejo suele albergar notas intensas a madera así como detalles a vainilla, caramelo, chocolate amargo, café, frutas maduras, entre otros.
Su color ámbar intenso con destellos en oro y cobre brillantes, se complementan con aromas florales y frutales donde sobresalen la madera ahumada, canela, entre otros. Es mejor disfrutarlos solo o como parte de un plato fuerte.
Los tequilas extra añejos son considerados el siguiente nivel de los añejos debido a que suelen permanecer en barricas de roble americano y francés por más de 3 años. Esto le brinda notas amaderadas más intensas y especiadas a miel, cacao y naranja confitada. Su complejo proceso de añejamiento le otorga un perfil robusto así como un carácter fino, atrevido y aromático.
Lo anterior se complementa con una tonalidad que puede ir del cobre dorado hasta el ámbar, así como aromas frescos, amaderados y a agave cocido. Lo mejor es disfrutarlo solo y sin acompañantes.
Ahora que conoces la diversidad de tequilas que existen, la forma de elegir tu favorito será solo tuya.
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