En Casa Don Ramón, cada botella refleja la tradición, la calidad y la dedicación de expertos tequileros. Acompáñanos en este recorrido desde la tierra hasta la botella y descubre cómo se elabora un tequila de excelencia.
El proceso comienza en los extensos campos de agave azul, donde esta planta requiere entre 6 y 8 años para alcanzar su madurez. Los jimadores, artesanos expertos en la cosecha, seleccionan cuidadosamente las plantas en su punto óptimo, asegurando la mejor calidad para la producción del tequila.
Después de la cosecha, las piñas de agave se llevan a hornos de mampostería o autoclaves de acero. Allí se cocinan lentamente. Este proceso transforma los almidones en azúcares que se pueden fermentar. Luego, se realiza la molienda, donde los jugos dulces del agave son extraídos para iniciar el proceso de fermentación.
En Casa Don Ramón, la fermentación se lleva a cabo con levaduras naturales que potencian los aromas y sabores característicos del tequila. Posteriormente, el mosto fermentado se somete a una doble destilación, un proceso que refina el licor y resalta su pureza y complejidad.
Dependiendo del tipo de tequila que se quiera, el destilado puede embotellarse como tequila blanco. También puede reposar en barricas de roble. Esto ayuda a desarrollar nuevos sabores y texturas. Los tequilas reposados, añejos y extra añejos adquieren notas de vainilla, caramelo y especias gracias al contacto con la madera.
Cada botella de Casa Don Ramón es el resultado de un proceso meticuloso que garantiza su calidad y autenticidad. Desde el diseño único de sus envases hasta los estrictos controles de calidad, cada detalle busca dar una experiencia premium a los amantes del tequila.
Detrás de cada sorbo de tequila Casa Don Ramón hay un viaje lleno de tradición, pasión y maestría. Conocer su proceso de elaboración permite apreciar aún más su calidad y su legado. ¡Brinda con nosotros y disfruta de una experiencia única en cada copa! 🍾
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En Casa Don Ramón, el tequila es nuestra pasión, nuestro orgullo, nuestra tradición.